Imperdibles...

Discúlpeme pero no, no me hace falta un aplauso para sentirme bien. Sólo aquel que es inseguro le gusta disfrazar con un montón de halagos su debilidad.

Martín Valverde

lunes, 28 de diciembre de 2009

Sin poder evitarlo (1de3)

SIN PODER EVITARLO

Me despierto hoy (27 de diciembre 2009, dos días después de Navidad) más descansado de estos días de ajetreo, compromisos y celebraciones, y me encuentro con una de las noticias del día: la celebración del III Encuentro de las Familias Cristianas en Madrid (leer). No tengo adjetivos para calificar mi estado de ánimo después de ver, oír y leer (ya que después ver la noticia, decidí buscar en la prensa on-line… por eso de leer la noticia desde distintos puntos de vista).
En éstas fechas tan señaladas, especialmente deberían serlo para los que somos cristianos, he tenido algunas discusiones e intercambios de pareceres sobre el tema del que hoy estaban hablando en el Encuentro éste. Creo que poco de lo que he estado argumentando durante esas discusiones (o intercambio de pareceres) tiene sentido después de los sermones del Sr. Rouco. Después de esta mañana me he quedado un poco… ¿cómo calificarlo?... mmmmm… normalmente diría que con “el culo fuera”, pero prefiero ser menos descriptivo; utilizaré mejor la expresión de “con la cara partida”

Solo una pregunta, sin poder evitarlo, me queda rondando la mente (y el corazón) cuando he escuchado el discurso que el Sr. Rouco (y tras las declaraciones que han ido expresando las personas que allí se congregaban)… ¿Cómo puede ser tan diferente la idea de Iglesia que tenemos esta gente y yo? ¿Me estaré equivocando de sitio? ¿Me estaré equivocando de vida?

Los que me conocéis, sabéis que soy un hombre de profunda creencia en Dios, en Jesús, en su evangelio… Que aunque no lo consiga, intento llevarlo a mí día a día. Coincido poderosamente con una de las frases que José Luis Cortés expresó en uno de sus libros: “quien a mi verdaderamente me ha evangelizado ha sido la gente, y no los libros de teología ni las liturgias oxidadas”. O como “Desde el Silencio” nos dice en uno de sus temas: “deDios pasé a la vida, y de la vida pasé al amor. Y del amor entre los hombres, viví profundamente a Dios”. Creo ciegamente que mi encuentro personal con Él ha sido a través de la gente y del mundo en el que vivo… no detrás de los muros y ventanales majestuosos de ningún templo (si dentro de humildes casas en forma de oratorios).
Por eso hoy, quería acercaros varios textos de José Luis Cortés, más exactamente de su libro “Tus amigos no te olvidan”. Una versión muy “de Cortés” de los Hechos de los Apóstoles; cuando la primera comunidad cristiana. Ha sido automático: escuchar la noticia y venirme a la mente estos textos. Sé que son un poco largos, pero creo que merecen la pena. Por lo menos ponen palabras, casi exactas, a lo que he sentido esta mañana. Un pequeño análisis de la realidad (desde su punto de vista) de la Iglesia actual (leer) y una reflexión muy acertada (para mí) sobre “las personas que aman de distinta forma” (leer).

Espero que os animéis a leerla… a mi me provoca y me incita mucho.

Pachón

PD: Los textos están en forma de carta, de carta a Teófilo, ¡un amigo! Jejeje…

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